16.8.11

Tarta de moras y melocotones con esencia de arándanos

Lo primero que me viene a la mente cuando pienso en esta sesión de cocina es que nos lo pasamos genial haciendo esta tarta. Anna y Abril han podido hacer muchísimas cosas por ellas mismas, y mientras tanto Lea se zampaba toda la fruta que pillaba. Me doy cuenta de que disfrutan muchísimo cocinando, ya que fue Anna quien me pidió hacer la tarta y al final acabaron cada una con la suya.

La receta de la tarta en cuestión la saqué del libro Tartas de Sarah Banbery. El libro me encanta porque no solo es sobre tartas dulces sino también de tartas saladas que se salen de lo cotidiano con ingredientes exquisitos. Seguro que de aquí a poco volvemos a hacer otra, incluso puede que mañana!
El libro en cuestión me lo regaló (o prestó, ahora no me acuerdo) mi hermano, que como siempre pasa en las mudanzas uno se deshace de cosas que piensa que ya no utilizará o necesitará en su nuevo hogar.


Receta para 6 personas:

Pasta

350 g harina
una pizca de sal
175 g mantequilla
50 g azúcar
agua fría

Tamizar la harina y la sal en un cuenco y añadir la mantequilla. Agregar el azúcar y un chorrito de agua bien fría.
Yo utilicé la Thermomix para hacer la pasta, pero también se puede utilizar un robot de cocina, ya que es más rápido que amasarlo a mano.
Haces una bola y la envuelves en film transparente para dejar reposar en la nevera durante 30 minutos.

Relleno

750 g de moras (aunque nosotras pusimos también melocotones porque no teníamos suficientes moras)
6 cucharadas de azúcar moreno
1 cucharada de licor de casis, en nuestro caso utilizamos esencia de arándanos*
Sémola para cubrir la base de la pasta
1 clara de huevo

Una vez lavadas las moras y los melocotones cortados a pedacitos, lo ponemos todo en un bol con 4 cucharadas de azúcar moreno y el licor de casis. Lo dejamos macerar.

*Nosotras no utilizamos licor de casis, sino una esencia de arándanos que había hecho yo. Los arándanos en cuestión me los trajo una amiga de Rumanía. Los trituré y los añadí a una especie de licor casero que hacen en su país (lo llaman Palinka, aunque no sé si se escribe así). Pero como veía que quedaba muy espeso le añadí vodka a ojo y lo he dejado reposar durante un mes. La verdad es que está buenísimo, y me vino ni que pintado para esta tarta ya que no tenía licor de casis.

Encendemos el horno a 200º para que se vaya calentando.

Extendemos la pasta con el rodillo y hacemos un círculo, no pasa nada si los bordes no quedan bien porque así la tarta tendrá luego un toque más rústico :)

Ponemos la  pasta en una bandeja para el horno, y esparcimos por encima la sémola.

Escurrimos las moras y guardamos el líquido por si lo queremos echar luego por encima a la hora de servir.
Ponemos la fruta por encima y pintamos con la clara de huevo los márgenes antes de doblar la pasta.

Doblamos la pasta por encima de la fruta, con cuidado de no hacer grietas, y volvemos a pintar con la clara de huevo restante.

Espolvoreamos por encima las 2 cucharadas de azúcar moreno que nos quedaban.

Al horno 25 minutos o hasta que veamos que ya está lista. Mejor servir caliente, sobretodo si la acompañas con helado!

Para acompañar

En nuestro caso fue helado de vainilla, pero aquí podéis dejar volar vuestra imaginación.



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